El daño más importante es la oxidación o corrosión de las armaduras, lo que provoca en los elementos afectados, tales como viguetas, manchas de óxido, fisuras, flechas o deformaciones, desprendimiento de recubrimientos, pérdidas de sección del acero, etc. En forjados, debido a la corrosión de la armadura de las viguetas, pueden producirse también la rotura por cortante cerca de los apoyos y rotura a flexión, lo que puede provocar el colapso de la estructura.

La humedad es un factor que interviene directamente en el fenómeno de corrosión, por lo que los daños van a presentarse en los elementos que estén más expuestos a la misma: baños y cocinas, donde existe mayor condensación y en elementos a la intemperie en zonas costeras, donde además la presencia de cloruros de la sal aceleran el proceso de corrosión de la armadura.


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